En Congreso y Senado

Sánchez encarga a Simancas tutelar a los portavoces del PSOE y dirigir la negociación con los grupos

Rafael Simancas
Rafael Simancas en su escaño en el Congreso. (Foto: PSOE)
Joan Guirado

Rafael Simancas es una de las personas con más poder, a día de hoy, en el Partido Socialista. Pese a no ostentar cargo alguno en la Ejecutiva federal, que preside Pedro Sánchez, su reciente nombramiento como secretario de Estado con las Cortes y Asuntos Constitucionales junto a los cambios que se han producido en los grupos parlamentarios del PSOE en el Congreso y en el Senado le convierten en una pieza clave en el engranaje para garantizar la gobernabilidad de la coalición.

Sin estar ya Adriana Lastra al frente de los mandos de los socialistas en el Congreso, el ascenso de un prácticamente desconocido Héctor Gómez a la dirección del grupo, hará que sea el ex número dos de la vicesecretaria general el encargado de supervisar todos y cada uno de los acuerdos que alcancen sus diputados con otras formaciones. Simancas, que en su etapa de secretario general del Grupo Socialista ya participó de las negociaciones más peliagudas con Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) o Bildu, mantendrá ese papel aunque ahora ejerza de puente entre el Gobierno y las Cortes. Además, conserva el escaño como diputado por Madrid.

La inexperiencia de Gómez en este tipo de acuerdos y la obligación de Eva Granados, hasta hace poco mano derecha de Miquel Iceta en el Parlament, de hacer una agenda de contactos nueva en el Senado, han obligado a Sánchez a pedir a Simancas que se haga cargo de la actividad negociadora de sus grupos parlamentarios. Algo así como una tutela ante la dura batalla para los Presupuestos Generales del Estado para 2022, que se están retrasando en el calendario. En las últimas semanas, Simancas ha acompañado al ministro de Presidencia, Félix Bolaños, en las reuniones mantenidas de cara a los Presupuestos con los distintos grupos del Congreso, excepto Vox.

ERC y Podemos

Una de las batallas con las que tendrán que lidiar Gómez, Granados y Simancas es con sus propios socios. La reciente detención de Carles Puigdemont por parte de las autoridades italianas ha alejado por completo cualquier posibilidad de acuerdo con Junts per Catalunya y ha encarecido el apoyo de Esquerra.

Rafael Simancas
Simancas junto a los portavoces socialistas Héctor Gómez y Rafi Crespín. (Foto: EFE)

Paralelamente sus socios de coalición, Unidas Podemos, también aumentan el precio a pagar por su voto a favor de las cuentas públicas. Los de Yolanda Díaz exigen a los socialistas un compromiso más fuerte en materia fiscal y dar luz verde, de una vez por todas, a la Ley de vivienda que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias pactaron hace un año para desbloquear entonces el desacuerdo sobre los Presupuestos Generales del Estado.

La relación con el PNV

Con el Partido Nacionalista Vasco (PNV), socio tradicional de todos los Gobiernos a cambio de más recursos y competencias, los nuevos negociadores del PSOE también tendrán que tener mano izquierda. El flirteo de la coalición socialcomunista con Bildu y las medidas adoptadas por el Ejecutivo en relación al precio de la luz, que son vistas en Sabin Etxea como una intervención en toda regla de las eléctricas, son una piedra en el camino en la relación con los de Andoni Ortuzar. Aunque la lógica hace prever que los peneuvistas nunca van a dejar caer a este Gobierno, sí que aprovecharán la coyuntura para sacar más tajada de las negociaciones.

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